Trata:
El conde Lucanor decide que ya ha trabajado bastante y que quiere descansar. Se lo comenta a Patronio, y este le cuenta lo que un día le contestó el, conde Fernán González a Nuño Laínez.
Nuño le propuso al conde Fernán González que se retirara a descansar y a hacer las cosas que le apetecieran, y este le contestó, que si se dedicaba a lo que le apetecía, sus contrarios le atacarían.
Que se tenían que esforzar por defender al reino, para mantener su honra, para que cuando la muerte les sorprendiera, dijeran:¨Murió el hombre, pero no murió su nombres¨.
Ya que después de muertos seguiría viva su buena fama.
El conde Lucanor siguió el consejo de Patronio y le fué muy bien.
MORALEJA
- Para conseguir nuestros propósitos, hay que esforzarse.
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